lunes, 11 de enero de 2010

Historia en Agua y Vino...

...Y así continuaron sus días por varios años, acostumbrado, tranquilo, sin saber de la inminente y abrupta irrupcion que se aproximaba a su tan melancolica y taciturna existencia.

Había experimentado muchas sensaciones a través de sus pocos años de vida, que, aparentemente no le podían dar mucha sabidurís, y aunque hasta cierto punto era cierto, sabía mucho de la vida, la muerte, la traición, la soledad y el desamor, entre otras artes.
Hacía mucho tiempo que dejo de amar a una persona, para pasar a entregarse a la experimentación con sus sentidos, lo cual lo había, sin pretenderlo así, enloquecido en cierto modo, como es natural en los romanticos y apasionados que no aman a alguien fisico que les pueda corresponder.

Vivía casi solo, encerrado con sus libros, pensamientos, historias de si mismo, e incontables recuerdos de amorios pasajeros; pero siempre había algo que lo perturbaba por las noches y alertaba a sus fieles guardianes y hemanos de alma y libertad, dos canes hermosos y maduros, el primero, un sabueso de mirada calmada y sabia, que le recordaba cuán astutos son los animales y cuánto aprendemos de ellos cuando abrimos nuestras mentes, mas este compañero era serio y no concedia segundas oportunidades; el segundo, un labrador fuerte y joven, que siempre le arrancaba una sonrisa con sus inocentes juegos ya que a pesar de tener más de un año de vida, seguía siendo un cachorro en el alma; ambos custodios de sus sueños habian notado numerosaas veces la oscuridad que se cernía sobre el corazón de su amo y hermano, ellos degustaban de sus cantos, su musica, sus poemas e historias que el contaba en momentos de alcohol.

sin notalo, una tarde de gris niebla reconfortante, el joven labrador hbía caido en una depresion debido a la tristeza del espiritu de su amo, una depresion que le envejecía el corazon, con esto el solitario amo no podia luchar, él mismo había vivido esas escenas antes de su propia muerte, cuando las llamas del infierno se impregnaron en su corazon, presentía la metamorfosis de su amigo, y no le deseaba tal suerte.

Una tarde soleada intentó, en un acto desesperado, reanimar a su amigo, trató de salvarlo; él no gozaba de una forma de tratar a los demás que se pudiera decir "amena", era astuto, inteligente y estaba consciente de que el amor era una estupidez, para alguien que quiere ser racional; en pleno jugueteo con su canino amigo, se acercó una joven un par de años menor que él, pero mas conocedora de los aspectos del mundo que él no conocía.

No se puede recordar su conversación, pero obvia fue la reacción de él ante la profundidad en los ojos de ella, debido a que por mucho tiempo, desde antes de ser como era, él gustaba de ver a través de los ojos de los demás, pero, en este caso, aquellos ojos tan profundos no le permitíaan navegar en ellos, al principio le incomodo su impotencia, luego, la curiosidad por ver tras ese inmeso mar misterioso, fue tal, que continuó con la conversación, y queriendo conocer más de ella para poder entender el motivo, la naturaleza, de su peculiar característica, la invitó luego a caminar. Sin saber si fue intencional o no, llegaron a las puertas de su casa (la de él), ambos en ese moneto sintieron un frio, el cual los atravezó, como una daga de acero, fría como el hielo de la montaña más boreal del mundo, ambos rieron y cruzaron inconscientemetne el porton, los recibió, amistoso, el sabueso, con el cual se quedo el labrador en el jadín interior de la casa; él le ofreció vino, ella tomo agua, conversaron, se hizo la noche y la luna no los visitó, ella se quedó y el creyó que sería una más, que equivocado estuvo, caundo quizo despedirse de ella, noto que, quiza el vino de él, el agua de ella, la ausencia de la luna o el sudor de sus cuerpos, apagó el fuego infernal en su corazon, lo cierto era que, cuando sintió frio, el fuego se había ido y sucedió lo que él tanto temía: se enamoró...